Juego de Tronos.
El mundo de los siete reinos tiene los típicos rasgos medievales de toda fantasía épica. Grandes castillos que dominan pueblos pequeños dedicados a la agricultura. Todo muy alejado de la modernidad, en donde la naturaleza se extiende dominando amplias áreas. Los personajes se desplazan principalmente por medio de caballos y luchan entre ellos con armas de metal, como espadas y lanzas. Pero en esta historia la naturaleza tiene algo más que decir, ya que el invierno puede durar toda una vida, y el verano apenas unas décadas.
"El viento soplaba con fuerza, y parecía más frío que antes. El espíritu del verano se estaba agotando". Pág. 538.
En cuanto a la organización social. Hay un rey como figura principal, el cual gobierna los siete reinos, pero cada uno de ellos tiene una familia noble que lo administra, conformando diferentes casas. Pero las casas no solo están compuestas por nobles, requieren también de un amplio andamiaje de sirvientes para funcionar, como consejeros, mayordomos, capitanes de guardia, maestros de armas, guardias, caballerizos, mozos de cuadras, etc. Cada casa conforma una verdadera corporación. Además, hay casas menores que se someten al vasallaje o juran fidelidad a las casas más poderosas. Así, Martin teje una red organizacional tremenda en donde se predispone a jugar con sus personajes: al juego de tronos.
"Cuando se juega al juego de tronos, solo se puede ganar o morir. No hay puntos intermedios". Pág. 469.
Para comenzar con la partida, nos sitúa en Invernalia, sede del Reino del Norte. Desde ahí nos da a conocer los principales miembros de la familia Stark, los soberanos del norte: Ned Stark y Catelyn Tully. Ellos tienen tres hijos (Brandon, Robb y Rickon) y dos hijas (Sansa y Ayra). Ned, también tiene un hijo bastardo llamado Jon Nieve. La casa Stark tiene como blasón un lobo huargo gris.
Al parecer, reina la paz en el mundo desde que Robert Baratheon se coronó como Rey. Pero todo comienza a desmoronarse cuando el mismo Robert llega a Invernalia. Su objetivo es ofrecerle a Ned ser la Mano del Rey. El anterior poseedor del cargo, era un gran amigo de Ned y del Rey, su muerte sucedió en extrañas circunstancias. Por ningún motivo Ned aceptaría el cargo de Mano del Rey, pero las ansias de investigar la muerte de su amigo lo impulsa a aceptar. Así, comienza a moverse la maquinaria del juego de tronos. Ned, como Mano del Rey, debe permanecer a su lado y ayudarlo a gobernar y tomar desiciones, por lo que se debe desplazar a la sede del reino: "Desembarco del rey".
"El que ejercía el cargo de mano del rey era el segundo hombre más poderoso de los Siete Reino". Pág. 54
Con él se lleva a sus hijas, dejando a Invernalia a cargo de su hijo mayor Robb y de su esposa Catelyn. Pero no todo funciona como debería ser. Las razones por la que murió la antigua Mano del Rey, ahora alcanzan a Ned y a Catelyn, lo que desmoronará no solo la paz del reino sino la de su propia familia. Pero una amenaza más grande se cierne sobre todos, una magia ancestral está resurgiendo desde el norte, y con ella, antiguos enemigos del hombre vuelven desde tiempos olvidados. Lo único que queda de aquellos tiempos, es una antigua construcción, un muro enorme y extenso, que servía antiguamente como barrera contra aquellos misteriosos seres, custodiado por la guardia de la noche.
"Se acerca el invierno". Pág. 31
La historia de Martin tiene una gran profundidad. Son varios los hilos argumentales que se van presentando y desarrollando a lo largo del libro para tejer una trama grandiosa y compleja.
Para que cada hilo se relacione con el otro, cuenta con la organización social en formato de casas nobles y vasallaje. Una sola vibración en la hebra, afecta a todo el tejido. Una deshonra o injusticia a una casa, activa inmediatamente los favores de unos y las enemistades de otros. Y en este caso, ese primer impulso que pone en movimiento a los personajes y la historia, es la muerte de Jon Arryn, la Mano del Rey de Robert Baratheon. Pareciese, que todas las relaciones entre las principales casas del reino, se mantienen en un delicado equilibrio. Y la muerte de Arryn, no hace más que romperlo y desatar el caos y la guerra.
Lo que hace realmente entretenido el libro, es que en todos los capítulos pasa algo. Hay tantos personajes y tantos sucesos, que tiene una gran diversidad de posibilidades para ir dando giros a cada instante. Si es necesario, prescinde de los personajes, matándolos, lo hace sin problemas. Lo importante es que suceda algo y que la historia tome impulso.
Las intrigas y traiciones, motivadas por el ansia de poder, marcan el ritmo de los acontecimientos; hacen interesante la historia. Pero, de fondo, hay sucesos mágicos que poco a poco van tomando fuerza y le dan otro carácter. En un mundo completamente dominado por los humanos, antiguas y fantásticas criaturas comienzan a resurgir del pasado. Los mitos y leyendas cobran vida.
En general, me la pasé bien leyendo el libro. La mayoría de los capítulos son entretenidos, salvo los de Daenerys y Sansa, que son los que tienen menos ritmo. Los demás, tienen la ventaja de que en ellos suceden muchas cosas. Pero como es una saga, solo nos presenta los inicios de los hilos argumentales y no cierra ninguno al final, todos quedan abiertos para proseguir en los otros libros. A un lector de sagas largas no creo que le incomode, pero a mí me molestó mucho. Luego de casi 800 páginas, esperaba que sucediera algo definitivo, pero no pasó absolutamente nada, convirtiendo al primer volumen de la saga, en un libro demasiado introductorio. Hace demasiados rodeos y no va nunca al punto, y por lo larga y extensa que se ve la historia, creo que todos los libros seguirán el mismo patrón. Por lo cual, no creo que siga leyendo más de Canción de hielo y fuego. Lo recomiendo a personas que quieran leer todos los libros, que les guste encariñarse con los personajes y seguir sus aventuras sin límite. Yo por mi parte, detesto los rodeos y que no se solucionen los problemas que se plantean. No pienso esperar dos o tres libros más para que me den respuestas.