Danza de dragones
«Se acerca el invierno»
La serie de TV ha abierto muchos campos pero todos aquellos que hemos vivido los libros, hemos sentido los vellos como escarpias una veintena de veces más. Y leyendo, que no es poco.
Si usted recuerda como yo, aquel día cuando comenzó su viaje por esta saga, cuando aquella bendita hora usted abrió la primera página de Juego de Tronos y pensó en todo, menos en lo bien que lo iba a pasar con estos tomacos. Como (al igual que yo) dijo para sí: «Muy bueno tiene que ser para que no deje de lado tal ladrillo de páginas…»; cuando comprobó que todo esto eran suposiciones banales y llega hoy hasta aquí, frente a Danza de Dragones, cinco tomacos después, y dice:: «¿Qué puede ir mal? Ya he sobrevivido a cantidad de muertes inesperadas, giros argumentales interesantes, personajes ingeniosos y ocurrentes (¡¡Tyrion Rey!!), desapariciones fatales, desenlaces trágicos, personajes inmortales por un día, actos deshonrosos de palacio… ¿Qué puede ir mal, si lo he pasado en grande cantidad de veces y no me arrepiento de nada? Por que cuando abres uno de estos libros sabes que sólo queda diversión e ir desvelando incógnitas.
Y eso precisamente, es Danza de Dragones. Este título es, en sí mismo, una buena lectura; aunque todavía tengo un poso extraño después de haber leído tan rápidamente un libro tan extenso. No tengo problemas, sé que es una saga que voy a releer con el tiempo. Cuyas ideas quedarán más claras.
Me gustó mucho la trama central, así como la mayoría de personajes nuevos que se incluyen (tienen su aquel incluso esos terribles populares de la Isla de Hierro). Para ser honesto, apenas puedo recordar lo que sucede realmente después de casi 1.200 páginas. Todo lo que sé es, que ahora hay dos Targaryen vivos y eso me encanta. Y que Daenerys ya no es el reclamo más fuerte para el Trono de Hierro. También sé que Jon Nieve puede o no puede estar vivo. Que Jon (Hielo) y Daenerys (Fuego) van a verse las caras. Nuevas incógnitas como una nueva teoría sobre la paternidad de Jon. Mola la nueva princesa de Dorne, mucho mejor que el antiguo príncipe…, donde va a parar. Danza de Dragones en realidad un compendio de situaciones que complementan las piezas sueltas de Festín de Cuervos. Cuando cada libro se compromete a algo, por ejemplo, Juego de Tronos cubría la vida de los personajes entre Invernalia, Desembarco del Rey y Poniente. Danza de Dragones dedica tiempo a la historia de los personajes en el frío norte y va intercalando detallitos arriba y abajo, así como en las Nueve Ciudades Libres: Jon Nieve, Davos Seaworth, El Aspirante del Hierro que mantiene castillos en el Norte, el dragón de la reina Daenerys Targaryen, el exiliado Tyrion Lannister; pero también otras nuevas personalidades como El Hombre del Mercader, El Caballero Perdido, El Hijo del Viento, El Cambiacapas, El Derrocador de Reyes, El Guardia de la Reina o el Domador de Dragones.
En Danza de Dragones la batalla principal se encuentra nuevamente tras las paredes de Desembarco del Rey. Mientas que el carácter intrigante de Quentyn Martell, príncipe de Dorne, parece retener un poco la trama —una especie de estratagema del autor para promover la tensión—, llega un lanzado y renovado Jon Nieve como Comandante de la Guardia de la Noche, que releva a su invitado Rey Stannis, y se lleva como regalito a la sacerdotisa roja. La tensión que fluye en el Muro no decae.
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